martes, 16 de noviembre de 2010

INTRODUCCIÓN

El alcoholismo es un tipo de drogodependencia.
Existe una tendencia mundial al incremento del consumo de bebidas alcohólicas. En nuestro país también algunas personas consumen alcohol de manera irresponsable. El alcoholismo es una enfermedad crónica que daña el organismo, el funcionamiento familiar y social y puede ser causa de violencia, conductas antisociales, desavenencias familiares, accidentes, e incluso de homicidios. Los mejores espacios para evitar el consumo excesivo de bebidas alcohólicas son la familia y la comunidad, pues allí el individuo debe aprender estilos de vida saludables entre los cuales no tiene cabida el consumo excesivo de alcohol.
Hay dos tipos de dependencia en esta adicción: la física y la psicológica. La dependencia física se revela por sí misma, cuando se interrumpe la ingesta de alcohol, con síntomas muy claros como la tolerancia, cada vez mayor, al alcohol y enfermedades asociadas a su consumo.
El efecto directo del alcohol en el sistema nervioso son la depresión, como resultado de la disminución de la actividad, la ansiedad, tensión e inhibiciones. Incluso un pequeño nivel de alcohol dentro del cuerpo enlentece las reacciones. La concentración y el razonamiento empiezan a empeorar. En cantidades excesivas, el alcohol produce una intoxicación y envenenamiento.
El alcohol también afecta a otros sistemas corporales. Puede aparecer una irritación del tracto gastrointestinal con erosiones en las paredes del estómago debidas a las náuseas y vómitos. Las vitaminas no se absorben bien, y esto ocasiona deficiencias nutricionales en los alcohólicos de larga evolución. También ocasiona problemas en el hígado (cirrosis hepática).
El sistema cardiovascular se ve afectado por cardiopatías. También puede aparecer una alteración sexual causando una disfunción en la erección del pene en el hombre y una desaparición de la menstruación en la mujer. El consumo de alcohol durante el embarazo puede causar problemas en el desarrollo del feto, produciendo el llamado síndrome fetal del alcohol.
El desarrollo de la dependencia del alcohol puede ocurrir entre los 3 y 10 años de consumo, siguiendo una progresión. Primero se desarrolla la tolerancia al alcohol. Esto ocurre en personas que son capaces de consumir una gran cantidad de alcohol antes de que se noten los efectos adversos.
Después de la tolerancia aparecerán los lapsus de memoria. Más tarde aparece la falta del control de beber, y la persona afectada no puede permanecer sin beber, lo necesita para desarrollar su vida diaria.
El problema más serio de los bebedores son las complicaciones físicas y mentales. Algunas personas son capaces de conseguir un control sobre su dependencia en las fases tempranas antes de la total pérdida del control.
No hay una causa definida del alcoholismo pero hay factores que pueden jugar un papel en su desarrollo. Es más probable el desencadenamiento de un alcoholismo en las personas con algún familiar alcohólico que en otras que no lo tienen. No se conoce la razón, que puede encontrarse en anomalías genéticas o bioquímicas.
Entre los factores psicológicos se incluyen: la necesidad de consuelo para la ansiedad, conflictos en las relaciones personales, baja estima personal, etc...
Los factores sociales incluyen: la facilidad de consumo de alcohol, la aceptación social del consumo de alcohol, estilos de vida de stress, etc...
La incidencia en la dependencia del alcohol está aumentando. Las estadísticas varían pero aproximadamente un 7% de adultos en Europa están afectados.
El alcoholismo se considera hoy una enfermedad, si bien, el lenguaje verbal nos indica que no siempre ha sido así, pues quedan claras señales indicativas de que alcoholismo, se ha asociado mas frecuentemente con debilidad de carácter, vicio o inmoralidad. Aún ahora, y cuando se denomina el alcoholismo como la enfermedad que es, se advierte una permisividad social, que pone en entredicho los programas más ambiciosos de salud pública, en cuanto a prevención y/o tratamiento del alcoholismo.
Tomar alguna bebida alcohólica, supone para gran parte de la población un placer asociado a festividades, celebraciones o simplemente el disfrute de una buena comida, por ello es conveniente distinguir diferentes clases de bebedores. Estos (los bebedores) han sido objeto de muchas y a veces dispares clasificaciones, por lo que me remito a la que considero más comprensible.
Las ciencias, tanto sociales como médicas se han preguntado qué es en realidad un alcohólico, ya que la definición no es fácil, dada las diferentes etapas por las que pasa un bebedor hasta convertirse en un alcohólico crónico.
Una de las más aceptadas definiciones, la de los profesores Kessel y Walton, señala dos factores fundamentales para determinar que es un alcohólico: "El primero es la bebida excesiva, que implica bebida repetida. Una única caída no connota por sí sola, que se trata de un alcohólico. El segundo elemento es el daño que resulta de la bebida. A no ser que haya daño, una persona puede ser un bebedor excesivo, quizá puede estar en camino del alcoholismo, pero no es un alcohólico" ((Neil kessel y Henry Walton). Ahora bien, para determinar ambas medidas, es preciso delimitar algo mas, ya que lo que para uno es excesivo, para otro puede ser prudente. Esta medida la aporta la dependencia por un lado, y los daños derivados de ella por otro: Es decir cada cuanto se bebe y que daños provoca, nos va a definir cuando se es alcohólico/a.

1- BEBEDOR NO PROBLEMÁTICO
Moderado: Bebedor de vino en las comidas, rara vez ingiere bebidas blancas como ginebra o vodka. No busca intoxicarse ni el “efecto” que produce la ingesta y evita la ebriedad, no siente necesidad de beber y no le trae trastornos o complicaciones.
2- BEBEDOR PROBLEMA
Bebedor Social: Personas que siempre que se encuentran en una situación social, necesitan beber para sentirse más sueltas y divertidas. Pueden estar sin beber, pero en reuniones sociales no limitan el consumo de alcohol, y lo hacen hasta sentirse "alegres".
Bebedor Fuerte: Bebedores que toman mucha cantidad de alcohol, independientemente o no de las comidas, y casi todos los días de la semana. Para estos, la bebida es una parte importante de su vida, y una fuente de placer, bienestar y diversión. A pesar de que durante el día toma mucho alcohol, no ha perdido la capacidad de controlar cuánto y hasta cuándo tomar, por lo que rara vez llegan a tener complicaciones sociales, familiares o laborales, (en principio). El bebedor fuerte raramente se embriaga en momentos o lugares no adecuados, y suele elegir cuando, donde y con quien beber.
Ebrios ocasionales: En general, son bebedores "fuertes", que ocasionalmente buscan embriagarse. Suelen ser grupos de "compañeros" con los que salir a "festejar", y ya antes de comenzar con la fiesta tienen intención de emborracharse..Su forma de beber se relaciona con una idea de diversión, sin que exista necesidad física.
Bebedor alcohólico: La línea que separa a este bebedor, de los anteriores "bebedores problema", es la pérdida de control sobre la ingestión de alcohol. No puede elegir el momento, ni la cantidad, ni los efectos del alcohol en su organismo. No puede decir "basta y por tanto beberá hasta quedar intoxicado. En este caso, y progresivamente, aparecen los trastornos asociados al alcoholismo en todas las áreas de su vida: Física, emocional, familiar, social y laboral. (Clasificación del Dr. A Cormillot)
Como vemos es muy delgada la línea que separa a unos bebedores de otros, y con gran facilidad, un bebedor social, puede convertirse en alcohólico con más rapidez de lo que él mismo puede pensar. Ello es así, entre otras cosas, porque vivimos en una cultura del alcohol, en donde está perfectamente tolerado que la gente, incluso la más joven, se emborrache de vez en cuando. En ocasiones el hecho es tomado como un signo del paso a la edad adulta, cuando se trata de jóvenes bebedores, y difícilmente se concibe una fiesta, cualquiera que sea el evento, sin la abundante presencia de bebidas alcohólicas. Si a estas consideraciones, añadimos la publicidad indiscriminada, las actitudes a imitar del tipo "Llanero Solitario", la facilidad con que es posible conseguir alcohol y la permisividad para ello, encontramos que la abstinencia total es, cuanto menos, un objetivo poco realista, por lo que la prevención en niños y adolescentes, ha de ser un objetivo prioritario.
En los últimos años, los responsables de Salud Pública de diversos países, sobre todo de cultura mediterránea, han dado luz verde a distintas campañas sobre prevención del alcoholismo, con las que se ha pretendido, de una parte, llamar la atención social sobre lo que es un problema real de salud pública, contra la idea de tolerancia y permisividad, que dicho sea de paso, no se da con otras sustancias tóxicas, y de otra parte, informar respecto de la prevención de esta enfermedad, como el medio mas eficaz para combatirla.
¿Cuándo se padece de alcoholismo?
Cuando teniendo problemas con el alcohol no es capaz de dejarlo.¿Seré alcohólico?
Ante esta interrogante, formúlese las siguientes preguntas:
¿Ha sentido alguna vez que debe beber menos?
¿Le ha molestado que la gente lo critique por su forma de beber?
¿Alguna vez ha tomado un trago en la mañana para calmar sus nervios o eliminar sus molestias por haber bebido la noche anterior?
Falsas creencias.
"El alcohol es un estimulante." No es así, es un depresor. Lo que confunde a algunas personas es que el efecto inicial mejora el estado de ánimo, pero luego inevitablemente lleva a la depresión.
"El alcohol mejora la actividad sexual". Con frecuencia los alcohólicos pueden presentar impotencia y ausencia de orgasmo, a pesar de la aparente excitación sexual que trae el consumo excesivo de bebidas alcohólicas.
¿Es una enfermedad?El alcoholismo es una enfermedad porque ocasiona trastornos en el funcionamiento normal del organismo, en sus relaciones familiares y sociales.Efectos del alcoholismo.
Está vinculado a muchas enfermedades como cirrosis hepática, degeneración del sistema nervioso central, trastornos gastrointestinales y alteraciones metabólicas.
Puede provocar infertilidad en las parejas.
Crea un clima de tensión al promover frecuentes discusiones en el seno de la familia, y como consecuencia, incomunicación y malas relaciones entre sus integrantes.
Paulatinamente la imagen de la persona alcohólica se deteriora ante sus familiares y especialmente ante sus hijos.
Es causa de accidentes, violencias e indisciplinas sociales que pueden llevar a conductas delictivas. Erosiona la personalidad.
¿En qué se diferencia la "dependencia del alcohol" del "abuso del alcohol"?

Hay personas que consumen grandes cantidades de alcohol y, sin embargo, no muestran síndrome de abstinencia cuando no beben. Otros en cambio beben la misma cantidad de alcohol y sí padecen este síndrome de abstinencia. Aquí es donde está la diferencia entre unos y otros.
La dependencia
La dependencia del alcohol es diferente de otras drogas tales como el opio o la cocaína, ya que en el alcohol el nivel de tolerancia es mucho menor. Esto significa que las personas dependientes de otras drogas, pueden alcanzar dosis mucho mayores, que para los no dependientes resultarían fatales, sin embargo en el caso del alcohol, los bebedores habituados no necesitan grandes dosis para obtener los efectos deseados. A la larga de todos modos el organismo desarrolla una tolerancia cada vez mayor, a la vez que en bebedores avanzados, esta misma tolerancia puede disminuir a causa de una enfermedad, o una deficiente alimentación, por ejemplo.
La experiencia
Es perturbadora la experiencia de bebedores que de pronto se encuentran mucho más intoxicados, ante una cantidad de alcohol, que creían soportar sin desorganización para sus vidas. Por otra parte es interesante tener en cuenta que el alcohólico, sobre todo aquel que aún no ha desarrollado dependencia física, va a volver en un momento u otro a la bebida, lo que por una parte le va a conducir a la espiral imparable de la dependencia física, en tanto la psíquica ya está instaurada, y el sujeto necesita beber, ayudarse de la bebida para enfrentarse a problemas de la índole que sea, y en definitiva para funcionar con éxito como ser social. Como vemos la dependencia, iniciándose en la esfera psíquica, y quizá precisamente por ello, lleva la situación a una esfera física, reuniéndose entonces los desajustes por ambas partes.
El alcohol
Alcohol procede de la palabra árabe "kohol" que hace referencia al antimonio, un polvo negro muy fino que las mujeres han empleado durante años para ennegrecerse los ojos. Se da el nombre de alcohol a muchos compuestos orgánicos, formados por carbono, hidrógeno y oxígeno, que reaccionan con los ácidos para formar compuestos llamados éteres o ésteres. Dependiendo de su composición distinguimos diferentes tipos de alcohol.
Tipos de alcohol
En esta ocasión nos vamos a centrar en el alcohol etílico. El alcohol etílico o etanol es el componente activo de las bebidas alcohólicas. Se puede diferenciar en:
alcohol fermentado
y alcohol destilado.
Alcohol fermentado
La fermentación es un proceso natural que se lleva a cabo cuando el jugo de furos y cereales queda expuesto al aire durante un tiempo determinado; así, por la acción de unos hongos microscópicos llamados levaduras, el azúcar que contienen se transforma en alcohol.

Algunos ejemplos de bebidas alcohólicas obtenidas a partir de la fermentación son:

- Vino
- Cerveza
- Sidra
Alcohol destilado
La destilación consiste en hervir el alcohol fermentado. El vapor que se obtiene es condensado y pasado por un tubo de enfriamiento para convertirlo otra vez en líquido con una mayor concentración de alcohol. Algunos ejemplos de bebidas alcohólicas obtenidas a partir de la destilación son:
Aguardientes de orujo
Aguardientes envejecidos (ron y whiskey)
Aguardientes macerados (Ginebra, vodka, brandy)
Licores (anis, licores de frutas, licores de esencias, licores de café, té y de cacao).

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